Respuesta a «La mentira de Miguel Pajares»
14 agosto 2014 1 comentario
Tras leer el artículo «La mentira del padre Miguel Pajares» y ver la repercusión en las redes, no puedo evitar escribir ésto para manifestar mi desacuerdo. Como yo no soy subdirector de nada, lo van a leer tres o cuatro y encima servirá para que se enfaden conmigo, pero me da igual, es mi blog y expongo mis ideas, al que no le guste que no mire.
Me asombro, por decirlo suavemente, ante las afirmaciones del autor (cito literal) «Pero la coquetería me dura hasta el preciso instante en que me entero de que un misionero se ha dejado la vida en Liberia por limpiarle las pústulas a unos negros moribundos.»
Uno: que yo sepa, se contagió por cuidar de SU SUPERIOR, no de unas personas (¿es que los negros son menos dignos de ser cuidados que los blancos?) enfermas. Las mismas declaraciones del difunto Pajares reflejadas en ese artículo se queja de que «el personal no quiere ir a trabajar», así que me permito dudar de que la tarea del sacerdote en cuestión fuera cuidar en persona de los enfermos; al menos de los «negros moribundos», más bien parece (desde mi ignorancia que reconozco aquí) que se dedicaba, como es normal en estos casos, a organizar los recursos y hacer proselitismo religioso.
Dos: aún en el caso de que fuera un abnegado humano dedicado al cuidado de los desfavorecidos, no veo nada digno de destacar, dado que por un lado su religión se lo exige (Tratarás al prójimo como a tí mismo ¿recordáis?), sino que además en su condición de misionero su tarea no es tal, sino la de aprovecharse de las necesidades de algunos humanos para extender su religión a cambio de solucionar algunos de sus problemas, condicionando las vidas de los africanos a los dictados del Estado Vaticano, algunos tan aberrantes y contrarios a los DDHH como la prohibición del uso del preservativo (cuestión por la que bajo mi limitado entender deberían ser acusados de genocidio).
Otras organizaciones, como Médicos Sin Fonteras, Save The Children y muchas otras se dedican a la misma tarea y en esta ocasión sí que a cambio de nada, solo por cuidar de otros humanos, no para hacerles esclavos de una religión.
No veo ninguna virtud ni nada que admirar en la tarea (voluntaria, no lo olvidemos) del señor Pajares, en todo caso quizá si fuera ciudadano Vaticano, estado a cuyos intereses estaba sirviendo en África, podría valorar positivamente alguno de sus actos, pero no desde España por mucho que yo esté cómodamente tumbado en mi sofá y no «limpiándole las pústulas a unos negros moribundos». Sí veo mucho que criticar en el trato de favor que un estado definido como «laico» ha tenido y tiene con los servidores del Estado Vaticano frente a ciudadanos españoles, eso sí. En mi opinión, es el Estado Vaticano quien debería haber repatriado y cuidado a su servidor, y no el Estado Español.
Sí, soy ateo. Y además no respeto las religiones que interfieren la vida de los que no las profesan. Vamos, no respeto a las religiones. A ninguna.